Había una vez una mariquita que tenia manchas de color blanco. Las otras tenían las manchas de color negro y se burlaban cada día de ella, se sentía muy triste.
Entonces llegó un día en el que pensó -¡Tengo una idea! Quizás puedo decir a un calamar que me pinte mis manchas con su tinta, ¿o no?- pregunto la mariquita por dentro de su cabeza. -O tal vez puedo mancharme con barro.- dijo la mariquita.
Vino su madre y le dijo -Hija es que tu eres pequeña y las mariquitas que son pequeñas tienen las manchas blancas.- Ella no lo sabía.
-Es que mamá yo no lo sabía...- dijo la mariquita.
-Tranquila estas aprendiendo.- dijo mamá, y cuento contado este cuento se ha acabado.
MAR.